21 Jun Fospuca sigue invirtiendo en Venezuela porque cree en el país
José Simón Elarba, presidente de la empresa privada de aseo urbano, enfatizó que la crisis del país también nos afecta, pero, aun así, seguimos trabajando para garantizar el servicio en todos los municipios donde operamos
Fospuca, empresa privada de aseo urbano, sigue invirtiendo cada día para garantizar un servicio de calidad en los municipios Baruta, Chacao y El Hatillo de la Gran Caracas, y Jiménez e Iribarren en el estado Lara, a pesar de los problemas económicos que afectan a todos los venezolanos.
En entrevista en Globovisión, el presidente de la empresa, José Simón Elarba Haddad, explicó que existe un “subsidio cruzado” con una distribución de 80% del costo para el sector comercio y un 20% para el sector residencial. Esto se traduce en que un apartamento puede pagar unos 3 mil o 4 mil bolívares mensuales por el servicio, mientras que un restaurante puede pagar 4 millones.
“Somos el único servicio público no subsidiado, no pertenecemos al Gobierno, somos una empresa privada que sólo vive de la facturación y del pago oportuno de sus usuarios”, detalló José Simón Elarba.
En este sentido, explicó que la grave situación económica que vive el país también afecta en toda la estructura del negocio, en la que el talento humano es una prioridad.
Según explicó, a pesar de que los sueldos están muy por encima del salario mínimo, existen problemas para conseguir personal dispuesto a trabajar y esto se debe principalmente a las limitaciones del sector transporte, también afectado por la crisis.
Pero aseguró que Fospuca “está tomando los correctivos y realizando las inversiones necesarias para comprar nuestras propias unidades de transporte para trasladar a nuestros trabajadores a sus rutas”, y garantizar un servicio de calidad en cada municipio.
Las Mayas y Fospuca
El desgaste de las unidades y los altos costos para mantenerlas activas son el otro gran problema que enfrenta Fospuca.
Cada día un camión recolector recorre cerca de 600 kilómetros: unos 200 km en su ruta establecida y otros 90 para ir hasta el relleno sanitario La Bonanza (en las afueras de Caracas) a descargar, para luego regresar a la capital porque cada camión realiza dos jornadas diarias. A cada unidad se les debe cambiar cauchos cada 3 meses (por valor de unos 450 dólares) y consumen 300 litros de aceite anuales (a razón de unos 7 dólares por litro).
Esto, lógicamente, impacta sobre el costo del servicio a los usuarios finales.
“Caracas necesita esa planta de transferencia”, sentenció al referirse a Las Mayas, espacio donde se acopia la basura de la Gran Caracas para luego ser trasladada por camiones más grandes y resistentes hacia La Bonanza.
Debido a tener una limitada capacidad, sólo se les permite a los municipios Libertador y Sucre depositar la basura en la planta Las Mayas. Fospuca fue excluida hace algunos años de la posibilidad de utilizarla, antes de que la actual junta directiva que encabeza José Simón Elarba tomara la empresa.
“Cuando compramos Fospuca ya Las Mayas estaba cerrada para la empresa, yo no participé en esa decisión, pero por supuesto que sería un alivio importantísimo que nos permitieran poder descargar allí”, dijo.
Pero más allá de todo lo que ocurre en el país, Fospuca se centra cada día en conseguir soluciones para sortear cada problema y ofrecer el servicio de calidad que los venezolanos se merecen, por lo que instan a los ciudadanos a pagar a tiempo sus facturas.
“Estamos en Venezuela desde hace 37 años porque creemos en el negocio”, enfatizó.